Según los datos recabados hasta el momento, la pandemia no ha sido catastrófica para el sector de la construcción; esto es, no ha supuesto la paralización total del sector. Sin embargo, la crisis está ralentizando el curso de la actividad económica, principalmente por las interrupciones y retrasos que afectan a la cadena de suministro.
La Oficina Europea de Estadística (Eurostat) dice que en abril de 2020, la construcción cayó un 30 % en España. Sin embargo, en mayo se apreció una recuperación hasta situar la actividad del sector al 89 % de lo que fue en febrero.
A largo plazo, las empresas de construcción tendrán que lidiar con la disminución de la demanda, a medida que los gobiernos se enfrentan al aumento del déficit. Los proyectos residenciales y comerciales también se verán afectados por el desempleo y el bajo crecimiento del PIB.
En el peor de los casos, los expertos apuntan a que:
- Las empresas con altos niveles de deuda y bajas reservas de efectivo se enfrentarán a una crisis de liquidez.
- Las empresas más pequeñas pueden verse comprometidas debido a la incapacidad de los subcontratistas de respetar los contratos.
- Precisamente, la revisión de contratos ocupará gran parte de la agenda de los directores de proyecto.
A continuación, dejamos algunas actuaciones recomendables:
Enviar notificaciones por retrasos
En los contratos de construcción, es recomendable revisar las cláusulas referentes a notificaciones por retrasos. El incumplimiento de los requisitos de notificación podría resultar en la renuncia de derechos bajo los términos del acuerdo. Una vez que se emite un aviso inicial, se deben emitir actualizaciones con regularidad para garantizar el intercambio continuo de información y, por tanto, la preservación de los derechos y recursos.
Revisar la cláusula “Causas de fuerza mayor”
En concreto, la disposición “Causa de fuerza mayor” aborda demoras excusables, con el impacto derivado de circunstancias que escapan al control inmediato de las partes contractuales. Esta disposición contempla que ninguna de las partes en el contrato será responsable de los costos adicionales si las condiciones de la demora se consideran fuera del control de ambas partes. Se debe realizar una revisión cuidadosa del lenguaje de cualquier disposición de fuerza mayor para determinar si los impactos resultantes del brote de COVID-19 están cubiertos como un retraso excusable.
Documentar todos los impactos
El brote de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de mantener registros exhaustivos en los proyectos de construcción, tanto de los contratiempos ocasionados por la pandemia como de los esfuerzos de mitigación relacionados.
Buscar alternativas a la cadena de suministro actual
La cadena de suministro ha experimentado un nivel significativo de interrupciones y es probable que el efecto dominó de los retrasos o la escasez de material se sienta durante la duración de todo el proyecto. La identificación oportuna de alternativas para materiales y/o proveedores asegurará que se reduzcan las interrupciones.
Aprovechar al máximo las nuevas tecnologías
Esta crisis puede usarse como un catalizador para analizar cómo se llevan a cabo los procesos rutinarios y acelerar la adopción de capacidades digitales.
Como ocurre con cualquier otro sector, todavía se desconoce la escala y el alcance de los cambios necesarios para abordar los problemas derivados de la pandemia, y es probable que este análisis continúe evolucionando hasta que se encuentre una vacuna a nivel mundial. La única certeza es que la COVID-19 continuará impactando la evaluación de riesgos de los proyectos de construcción y la responsabilidad corporativa.